sábado, 1 de julio de 2017

San Miguel de EL FAIQUE (Por: Juan Fernando Huamán )



Después de visitar Canchaque, el Sol aún luce radiante sobre nuestras cabezas, y todavía hay fuerzas para continuar nuestra travesía hacia “San Miguel de El Faique”.
En el camino nos detuvimos en el caserío de “Palambla”, uno de los lugares preferidos por los conductores y empresas de transportes para realizar un breve descanso del largo viaje en la ruta Huancabamba – Piura o viceversa y momento oportuno para los que tenemos necesidad de llenar el estómago con algún aperitivo, o simplemente aplacar el hambre.



Palambla es también conocido por sus pobladores como “Pedacito de Cielo” y vaya que se lo merece; el verdor de sus campiñas el cielo azul, su pequeña plaza nada convencional a las que he visto antes y la forma escalonada como está construida; en la cúspide  se encuentra su Iglesia, y desde aquí se puede observar todo el maravilloso paisaje, que a uno lo hace sentir como si estuviese en “un pedacito de cielo”.




Continuamos hacia San Miguel de El Faique por una trocha carrozable, y después de 10 minutos en automóvil llegamos a su plaza de armas, frente a ella se emplaza su iglesia y a un costado su municipalidad, aquí conocimos al Sr. Oscar Santiago Arrieta, quien nos comentó sobre su iglesia que data de la época Virreinal y de los animosos esfuerzos que sus pobladores hacen por conseguir el presupuesto para dar el respectivo mantenimiento.




Habiéndonos informado en Canchaque sobre la existencia de un cerro llamado HUAYANAY en la zona de San Miguel de El Faique que se utiliza como mirador turístico en la zona, decidimos visitarlo; a solo  05 minutos en auto, llegamos a una puertezuela en la falda de este cerro que sirve de  acceso para iniciar nuestra caminata a la cima del Huayanay.





A través de una vía empinada de piedras y escaleras con pasamanos para mayor seguridad empezamos a ascender el Huayanay; no sin antes haber resbalado en parte del camino , pues las piedras, tierra ,el moho y la humedad no facilitan el ascenso y se tiene que tener cuidado para no darse un buen trancazo; recomiendo llevar zapatos o zapatillas con suela de jebe o algún material que se pueda adherir mucho mejor a este tipo de caminos.









A medida que uno asciende, advierte  la belleza natural de la zona y se puede apreciar en la parte izquierda el caserío de Palambla y a la derecha el distrito de San Miguel de El Faique, y finalmente cuando uno corona el Huayanay se puede tener una vista maravillosa de 360 grados, se puede observar  las nubes a una menor altitud que forman colchones, pedacitos de algodón, un mar, o lo que su imaginación pueda suponer en ese momento, en la cima encontramos una pequeña capilla y varios banquitos de madera para simplemente “descansar en las nubes”, una sensación de tranquilidad, paz y calma gobierna este lugar; aire frio y puro un sol refulgente, un lugarcito de ensueño para olvidar todo por un momento y solo disfrutar de ese instante.


























Un bicho raro llamó mi atención ya que había estado bastante tiempo volando sobre nosotros, apenas noté su presencia agarré mi cámara y trate de fotografiarlo, ¿que es? ¿alguien tiene idea? pues, yo no. Una especie de caparazón con un ojo sobre el lomo? ¿o simplemente mi cámara me ha jugado una broma?



Después del regocijo y con las fuerzas renovadas que obtuvimos en el mirador del cerro Huayanay es hora de volver y continuar con nuestra travesía…

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